
El pasado sábado de madrugada pude observar cómo se comportan los trabajadores de Prosegur, la empresa contratada por el metro de Bilbao para la "seguridad".
A eso de las 5 de la mañana, con los vagones casi vacíos, vimos como una pareja de prosegur iba corriendo por todos los vagones.
Cogieron a una persona que estaba tranquilamente sentada y la sacaron al andén de Sarriko, mientras le gritaban al oído: "Sarriko, Sarriko".
El tío estaba medio dormido y se quedó unos segundos sorprendido, hasta que el metro se fue y el se quedó sentado esperando al siguiente metro.
Muy divertida la hazaña de la parejita de seguridad.
Ese hombre no había molestado a nadie.
Es más, no había nadie sentado cerca suyo.
¿Posibles razones?
Estaba dormido: ¿a quién molesta?
Estaba borracho: el 90 % de los que íbamos en el metro estábamos medio cocidos. ¿No es ese el objetivo del transporte público, evitar que la gente medio cocida coja su coche?
Era sudamericano: espero que no fuera esa la razón.
Los responsables de Metro Bilbao harían bien vigilando a sus vigilantes.
Sólo tienen que coger las imágenes del metro justo antes de la estación de Sarriko (desde la margen derecha) el domingo a las 5 de la mañana.
Y tomar medidas.