martes, 16 de agosto de 2011

BERLÍN DÍA 5: DE MUSEOS

Nos ponemos dirección al museo de los videojuegos y para ello cogemos la calle Karl Marx (si se quiere ir en metro, hay que bajarse en la parada Weberwiese).







Tras andar una media hora, llegamos a nuestra destino y desayunamos enfrente del museo. 2 cafés con leche, 1 palmera y otro dulce bastante empalagoso por 6€.



La entrada del museo del videojuego cuesta 8€, pero realmente merece la pena (al menos, para mí):










































































































































PainStation: juego tipo pong en el que cuando un jugador pierde, recibe calor, descargas eléctricas o latigazos. En la partida que vi, los jugadores acabaron con la mano morada y sangrando.






























Anuncio del museo del videojuego en una estación de metro:



Nos dirigimos a Kürfürstendamm, una zoma muy comercial:






























Comimos en un puesto que había en la calle 2 currywurst, medio kilo de ensalada de patata y una cerveza de 0,5l por 10 €:



Fuimos al museo erótico y nos defraudó bastante (4€ cada entrada). Luego seguimos paseando y encontramos los grandes almacenes Kadewe, algo similar al Corte Inglés. Fuimos a la sexta planta y no tengo palabras para describirlo. Cada zona se dedicaba a un producto determinado (pescado, carne, patata, chocolate, etc.) donde podías elegirlo, y si necesitaba ser cocinado, te lo cocinaban en el momento y lo comías. Había comida de todo tipo. Merece la pena verlo. El resto, una tienda cara.
Volvimos al hotel y subimos a la terraza a contemplar el anochecer. Te cobran 3€ y fue horrible: había una red alrededor de la mimiterraza que no dejaba ver casi nada. Un montón de gente en primera fila que no te dejaba acercarte ni a sacar una foto. Hicimos unas fotos y salimos corriendo de allí:









Fuimos a cenar al White trash. Lo primero que sorprende es que cobran 3€ por persona por entrar. Luego sorprende la decoración (hay que verla) y luego la carta. Tuvimos suerte, ya que nos pusieron cerca de donde se iba celebrar el espectáculo. Pedimos un par de hamburguesas con patatas fritas y una de ellas con ensalada y la otra con sopa de pescado. La carne de la hamburguesa es muy buena y la sopa estaba también muy buena. Nos tomamos 5 cervezas y el precio fue 39€. Y no pudimos comer todo. Pero lo divertido empezó mientras esperábamos a la cena: repartían unas hojas a cada persona en la que venían nombre de grupos de música. Ponían música y si el grupo que tocaba lo tenías, lo tachabas. Hasta cantar bingo, que implicaba coseguir diferentes premios: dinero en bebida, comida, etc. Durante el bingo, la gente que realizaba el sorteo hacía chistes en inglés: muy divertido. Al ir al servicio comprobé que el sitio era enorme (habría unas 300 personas cenando un día entre semana). Merece la pena cenar en este sitio.














1 comentario:

Alex y Carmen dijo...

Sobre lo del mirador, al menos no pagasteis la timada de los 11 € de la antena de TV perdiendo en ello una hora de vuestro tiempo!!!!