jueves, 19 de mayo de 2011

HAWAII, DÍA 1: BILBAO-HONOLULU

El plan de viaje era:
Bilbao - París.
París - Los Ángeles.
Los Ángeles - Honolulu.
Lo bueno era que sólo teníamos 2 horas de espera para los dos enlaces. Lo malo es que poco llegáramos con un poco de retraso o que nos entretuvieran con el tema de aduanas (sobre todo en Los Ángeles) podíamos perder algún vuelo.
Tuvimos que madrugar un poquito, ya que el primer vuelo era a las 7 de la mañana.
1 café con leche, un bollo de chocolate y 1,5 horas después llegamos a París. Este aeropuerto tiene fama de ser complicado para los enlaces. Parece ser que tuvimos suerte, ya que en 15 minutos nos encontrábamos en la puerta de embarque del siguiente vuelo.
Así que tuvimos tiempo de "resayunar":


















Cogimos el vuelo a Los Ángeles y lo primero que me sorprendió fue el poco espacio existente en cada asiento con respecto al de delante.
Cada asiento tenía disponible una pantalla táctil con juegos, música, películas, series, documentales e información del vuelo:













Curiosa traducción.

La primera comida del avión:













Yo pedí vino aprovechando que era un vuelo de una compañía francesa. Un día en un vuelo de Lufthansa se me ocurrió pedir vino y todavía recuerdo la nefasta experiencia.
Y como Zuriñe había pedido cocacola y somos de Bilbao, evidentemente, nos tomamos nuestro primer kalimotxo.

Tras comprobar que es un poco incómodo el asiento (sobre todo si se reclina de vecino de delante) me voy al fondo del avión (como en clase). Miro por la ventanilla y, como vamos por Islandia, Groenlandia y Alaska, veo este precioso paisaje:












































































Posteriormente compruebo que en el fondo del avión empiezan a ofrecer sandwiches, helados y bebidas (refrescos y cervezas). Así que no me muevo de allí hasta que se acaba todo.

De mientras, por una puertita empieza a aparecer personal de vuelo. Primero de uno en uno, pero luego de varios en varios. Como el sitio del que aparecían era muy pequeño, quería comprobar como era ese camarote de los hermanos Marx y descubrí el truco: había unas escaleras que daban a la parte de arriba (donde debe haber una zona de descanso para el personal del vuelo): era el cambio de turno del personal del vuelo.

Volví para mi sitio cuando vi que daban la segunda comida. Supongo que sería comida, porque aunque llevábamos 7 horas de vuelo, como según pasaba el tiempo teníamos que adelantar la hora, seguíamos en un horario similar al del despegue.












Tras 11 horas de vuelo llegamos a Los Ángeles. Una cola importante para pasar la aduana. Con nuestro inglés, conseguimos entender que si no apagamos el móvil, nos detienen, así que hacemos caso. Pasan perros entre nosotros mientras esperamos en la cola. Pasamos el control y nos dan nuestras maletas. Pasamos otro control en el que me preguntan si llevo comida: me doy cuenta que llevo unos anacardos y dudo entre decirlo y arriesgarme a que nos tengan allí media hora y perdamos el enlace y no decir nada. No digo nada y me convierto en un traficante de anacardos. Volvemos a facturar nuestras maletas y como no entendemos nada a la tía de facturación, enseguida nos habla en castellano (tendríamos pinta de Paco Martínez Soria). A pasar el control de equipaje de mano, en el que no entiendo nada al operario de turno y me echa la bronca por no poner el ordenador portátil solo en una bandeja y por no dejar las sandalias en una bandeja. Por fin, podemos coger el vuelo y alucinamos porque la mitad de la gente que monta en el vuelo, lleva cajas como si estuviéramos en Mallorca. Luego nos damos cuenta que como es un vuelo de 5-6 horas y no dan comida, llevan cajas de pizzas para zampárselas durante el vuelo. Estamos en los iuesei.

Llegamos en 5,5 horas a honolulu, donde está lloviendo. Parte del aeropuerto de Honolulu está al aire libre. Salimos a la calle y buscamos el bus de línea, el cual no encontramos. Pero encontramos un Shuttle bus que nos deja en el hotel por 9$. Ya dentro del bus vemos un cartel que indica que los 9$ no incluyen la propina (o sea, que hay que dejar propina). Llegamos al hotel Sheraton Princess, dejamos las maletas y buscamos donde cenar (es que no hemos comido nada en todo el día) cerca del hotel: en una zona comercial cercana "Choi chicken", donde elegimos fideos con gambas, pescado + 4 tipos de verduras + arroz (las verduras las eliges entre las existentes) y dos botellines de agua: 24 $.















De camino al hotel vemos la frecuente publicidad existente de locales donde poder disparar con armas de verdad:

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